PRENSA
«En estas obras, el impaciente Beyle se impone al minucioso Stendhal: a veces, prefiere plasmar su recuerdo de un lugar en un croquis, antes que en una descripción “literaria”; y otras, deja apuntada la necesidad de ampliar determinados pasajes. Escritura rápida, gobernada por la asociación libre de ideas, más que por la sujeción a un plan. Improvisación y descuido. Y, como resultado, una maravillosa espontaneidad, en la que queda retratada la complejidad contradictoria de la vida y el esfuerzo de captarla y esclarecerla. Stendhal sabía que sólo merece la pena la felicidad que es capaz de sobrevivir a esa despiadada pulsión analítica. Más allá, es preferible el silencio.» José Manuel Benítez Ariza
Recuerdos de egotismo
Recuerdos de egotismo comprende las memorias de la vida parisiense de Stendhal desde 1821 hasta 1830. Una etapa de brillantes relaciones sociales y de una intensa actividad literaria, un testimonio excepcional de la vida en los salones del París de la Restauración.
«Además de la impudicia de hablar continuamente de sí mismo, este trabajo ofrece otro motivo de desaliento: ¡cuántas cosas audaces que yo digo ahora temblando serán vulgares tópicos a los diez años de mi muerte! Por otra parte, es un auténtico placer hablar de lord Byron, de Napoleón, etc…, y de todos los grandes hombres o, por lo menos, de todos esos seres tan distinguidos que he tenido la fortuna de conocer y que se han dignado hablar conmigo.» Stendhal
Seudónimo del escritor francés Henri Beyle. De familia burguesa, se estableció en París y trabajó en el ministerio de la Guerra. Participó en la campaña de Italia de 1800-01. Las campañas napoleónicas lo condujeron, en calidad de funcionario de la administración imperial, a Alemania, Austria y Rusia. En 1814, en excedencia, pudo trasladarse a Milán. Fruto de su simpatía por Italia es Roma, Nápoles y Florencia (1817). De vuelta a su país, publicó el ensayo Sobre el amor (1822), y dos opúsculos titulados Racine y Shakespeare (1823-25), la notable Vida de Rossini (1823), los Paseos por Roma (1829), originados por un nuevo viaje a Italia. Mientras tanto había dado comienzo a su actividad como novelista con Armance (1827), que pasó inadvertida. En 1830 publicó su primera gran obra, Rojo y negro, seguida de Memorias de un turista (1838), La abadesa de Castro (1839), La cartuja de Parma (1839). Una tercera gran novela, Lucien Leuwen, emprendida en 1834-35, quedó inconclusa. Entre sus obras póstumas destacan: la novela Lamiel, y la Vida de Napoleón. Pero la parte más original de la obra póstuma de Stendhal está constituida por sus escritos íntimos: especialmente el Diario, redactado entre 1801 y 1823, y, sobre todo, por la Vida de Henri Brulard, autobiografía incompleta, compuesta entre 1835-36, y los estupendos Recuerdos de egotismo, compuestos en 1832. La obra de Stendhal, romántica por el culto de la energía y por la pasión que la desborda, anticipa al mismo tiempo el realismo y el psicologismo de fines del s. XIX.
TRADUCCIÓN
Catedrático de Filología Francesa en la Universidad de Castilla-La Mancha y Director de la Revista Barcarola. Desde hace años viene alternando su vocación docente con la investigación, la traducción, la crítica literaria y la creatividad. Como crítico es coautor, con Javier del Prado y María Dolores Picazo, del libro Autobiografía y modernidad literaria (UCLM, 1994), y autor de las monografías Jean-Paul Sartre (Síntesis, 2005) y En torno a Stendhal (Nausícaä, 2007). En 2003, en la editorial Cátedra, publicó asimismo Grandes hitos de la historia de la novela euroamericana (desde los inicios hasta el siglo XIX), que es el primero de los tres volúmenes de que constará la obra. Ha traducido a numerosos autores, sobresaliendo sus ediciones de Stendhal, Flaubert, Maupassant, Laforgue, Molière, Alain-Fournier y Lévi-Strauss. Es asimismo «Chevalier dans l´Ordre des Palmes Académiques» y Correspondant en España de la revista L´Année stendhalienne.
Introducción de Juan Bravo Castillo